Espeleología
Si el entorno que nos rodea en Serra es único, no menos atractivo es el subsuelo de la Sierra Calderona. Más de cincuenta cavidades subterráneas, cuevas y simas, están distribuidas por todo el término municipal de Serra. Las hay de diferentes dimensiones, tipo y variedad de formas, pero todas forman el ecosistema subterráneo donde habitan diferentes tipos de animales, desde los murciélagos hasta los insectos, arácnidos y crustáceos adaptados a las extremas condiciones del medio subterráneo: oscuridad absoluta, temperatura casi constante y elevado grado de humedad. Además de las cavidades naturales, también existen cavidades artificiales, minas y minados de agua.
Las cuevas de Serra fueron pioneras en el nacimiento de la espeleología valenciana y no es de extrañar porque en Serra se encuentra la cueva más grande de la Sierra Calderona y una de las más grandes, en recorrido, de la provincia de València, con cerca de dos quilómetros. También contamos con la cavidad más profunda de la Sierra Calderona, la sima del Muladar, que sobrepasa los 137 metros de profundidad.
Las cuevas más representativas son:
Cova Soterranya
Situación: está situada a la zona de Portaceli. Su acceso se hace por la pista forestal que nace en el cruce de les carreteras CV-331 i CV-328. Para llegar se debe continuar per la pista forestal y seguir las indicaciones dirección fuente de l’Abella. Junto a un corral en ruinas, a mano derecha, hay un pequeño barranco por el que transcurre paralela una senda forestal. Cuando se encuentran al este, en la cima de una pequeña colina se abren las bocas.
Entrada: Presenta 8 bocas al exterior agrupadas sobre una torca, excepto una de ellas.
Espeleometría: Recorrido 1.810 metros. Profunditad 100 metros. Actualmente es la segunda cavidad con mayor recorrido de la Comunitat Valenciana. Se puede acceder con linterna o frontal, sin equipo, solamente hasta la primera sala, para el resto hace falta equipo especializado de espelología.
Destaca por albergar importantes colonias de murciélagos en peligro de extinción, por esta razón, el acceso a la misma está prohibido durante ciertas épocas del año. En el interior de la cueva se encontró un escarabajo único en el mundo, el “Microtyphllus Infernalis”. La cueva Soterranya fue refugio de ladrones, y también cuentan que después de la Guerra Civil se refugiaron unos maquis que nunca pudo encontrar la Guardia Civil.
K-28
Situación: La cueva está situada en la carretera CV-310, poco después de pasar el hito del quilómetro 28, a la izquierda de la carretera en dirección a Torres Torres.
Entrada: Boca principal de 1.2 por 4 metros. Tiene una pequeña pendiente que finaliza en una sima de 7 metros.
Espeleometría: Recorrido 200 metros. Profundidad 35 metros. Solamente se puede entrar con equipo especializado para la práctica de la espeleología.
Cova de l’alt del Pi o de les Aranyes
Situación: A la vertiente SE de la montaña de l’Alt del Pi y a escasos metros de la pista forestal que sube a la cima.
Entrada: Boca rectangular de un metro que da paso a una galería ligeramente descendiente de 20 metros.
Espeleometría: Recorrido de 130 metros. Profundidad 53 metros. Solamente se puede acceder con equipo especializado para la práctica de la espeleología.
Mina de Plata
Situación: En la montaña de Rebalsadors, a 0,5 quilómetros de la cueva de Rebalsadors.
Entrada: Boca de 5 x 3 metr0s que da paso a una serie de galerías en dirección Este.
Espeleometría: Recorrido de 105 metros. Les galerías tienen sentido horizontal, el ancho y la altura oscilan entre los 2 y 3 metros. Se trata de una antigua mina de galena, una especie de sulfuro de plomo con cantidades variables de impurezas, y con contenido de plata que puede llegar al 1 por ciento. Solamente se puede acceder con equipo especializado para la práctica de la espeleología.
Cueva de Rebalsadors
Situación: En las proximidades de la cima de Rebalsadors.
Entrada: Su entrada da lugar a una cavidad de reducidas dimensiones.
Espeleometría: Recorrido de 60 m y profundidad de 36 metros. Solamente se puede acceder con equipo especializado para la práctica de la espeleología.
Sima del Pla de les Llomes
Situación: En la carretera de Serra a Barraix, CV-334, a unos 40 metros a la derecha, después de pasar los nidos de ametralladora de la Guerra Civil.
Entrada: boca de 2 x 1 metros que da lugar a una sima de 11 metros.
Espeleometría: Recorrido de 220 metros, profundidad 42 metros. Solamente se puede acceder con equipo especializado para la práctica de la espeleología.
Sima del Muladar
Situación: La sima del Muladar se encuentra en la parte alta del barranco del Muladar. En la vertiente Este del cerro del Campillo a unos 382 metros de altitud. Esta cavidad es la más profunda de la Sierra Calderona.
Entrada: La boca de la cima da lugar a una pequeña estancia en la que aparece la cabecera de un punto donde comienza el descenso.
Espeleometría: Recorrido 250 m. Profundidad 137,5m.Recorrido vertical total:368m.
Se trata de una fractura de orientación Norte-Sur de un tamaño descomunal comparado con el resto de cuevas y simas de la sierra. Esta cavidad fue desobstruida, explorada y topografiada por Policarp Garay, Eduard Picó, Juan Carlos Alegre i Vicent Esteve durante los años 2005 a 2008. Solamente se puede entrar con equipo especializado para a la práctica de la espeleología.
Coveta d’Inés
Situación: En la cima del monte conocido como el rodeno de Santa Inés, en las proximidades de la Cartuja de Portaceli y a 492 metros de altitud.
Entrada: Boca de 1.5 x 0.5 metros que da paso a una cavidad de reducidas dimensiones.
La cavidad toma el nombre de la anacoreta Inés Pedrós que nació el 23 de junio de 1388 en la vecina localidad de Moncada, Horta Nord. Cuenta la historia que Inés era una niña muy devota, que veía al niño Jesús en la sagrada forma durante la consagración. La familia de Inés quería prometerla, en contra de sus deseos, con un joven pudiente de la localidad. Sin embargo, ella quería consagrar su vida a Dios. La joven, con 15 años, huyó de su casa vestida de hombre e ingresó en la cartuja de Portaceli. Allí trabajo durante un tiempo en las huertas del cenobio. Descubierta su identidad de género durante una confesión, fue expulsada del monasterio y se le permitió vivir en una cueva cercana. Desde allí cuidaba de los rebaños y al mismo tiempo podía vivir una vida eremítica, de oración, silencio y soledad. De la primitiva cueva, pasó a la que se conoce actualmente como cueva de Inés. Allí vivió durante veinte años, hasta su muerte el 25 de junio de 1428.
Cuentan los pastores de la época que la noche en que murió la venerable Inés y la siguiente hasta que se encontró su cuerpo sin vida, vieron como una lengua de fuego bajaba desde el cielo hasta la cueva en la que vivía el que creían pastor del convento. El cuerpo de Inés fue trasladado hasta la cartuja para enterrarlo. Durante la preparación del cuerpo para el sepelio fue descubierta su identidad como la de la niña de Moncada que veía a Jesús en las formas consagradas. Cuenta la historia que la campana del convento, durante las exequias, no paró de repicar ella sola hasta romperse. La campana que fue refundida todavía perdura en el monasterio con el nombre de Inés. El cuerpo de la venerable Inés fue velado en la iglesia de la cartuja y cuentan que quien tocó sus despojos, fue sanado de sus enfermedades.
Su lugar de enterramiento, debajo de la mesa del altar de la capilla del Sagrario, y la misma cueva donde vivió, pronto se convirtieron en un centro de peregrinación y veneración popular durante tres siglos. Llegó un momento en el que las afluencias de público eran tan grandes que los cartujos vieron amenazado el silencio y la soledad a la que obliga la regla de San Bruno. Así decidieron trasladar el cuerpo de Inés hasta el cementerio y sus despojos acabaron confundiéndose con los del resto de frailes. La cavidad, aún hoy en día, es visitada por religiosos y creyentes. Contiene en su interior, una especie de altar con todo tipo de objetos.
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